martes, 25 de febrero de 2014

¿CUÁNDO ME ESTOY AMANDO?



Hola a tod@s!! Cómo estáis?? Ya estoy aquí con una nueva entrada en el blog. Hace unos días, conforme se iba acercando la celebración de San Valentín, he visto aparecer en las redes sociales todo tipo de mensajes relacionados con el amor, algunos de los mensajes estaban relacionados directamente con el amor de pareja, pero mucho otros (quizás porque tengo muchos amigos psicólogos ;) ) estaban dirigidos al amor hacia uno mismo.



Y hoy precisamente quería hablaros de este tema, Amarse uno mismo, existe multitud de literatura relacionada con este tema, no voy a entrar aquí en definiciones ni en teorías psicológicas, creo que existe bastante material en el mercado para que os hagáis una idea de lo mucho que se ha hablado acerca de ello.

Como ya sabéis lo mío es la psicología práctica, aquella que podemos usar en nuestra vida cotidiana, y que podemos comprender con facilidad para poder aplicarla y así ayudarnos a sentirnos mejor, con nosotros y con los demás.



Por eso, hoy voy a explicar una serie de conductas y acciones que nos pueden ayudar a definir cuándo me estoy amando.

Muchas veces estas frases que leemos en las redes o en algún libro, como por ejemplo “Quiérete sin condiciones”, “El primer paso para que te amen es amarte a ti mismo”, “Aprende a decir me quiero, antes de decir te quiero”, quedan muy bien, suenan muy bien y dices, sí, eso es lo que quiero para mí, pero si no hay una explicación detrás, un ejemplo o algo que te ayude a asimilar lo que te están diciendo, no servirán para nada, pues las olvidarás a la media hora.



Y la verdad es que esto tendría que ser lo más importante que hagamos en la vida, conocernos, aceptarnos, cuidarnos y amarnos de todas las formas posibles.

Por eso aquí van unos cuantos ejemplos, y algo de explicación de cada uno de ellos.



Me amo a mí mismo cuando:



-      Escucho a mi cuerpo y lo cuido: El cuerpo nos habla de múltiples maneras, una de la maneras de comunicarse con nosotros es mediante el dolor. Escucharlo, atenderlo y darle lo mejor tendría que ser una de nuestras prioridades. (Alimentación, ejercicio…).

-    Escucho a mis emociones y les doy voz.  Todo el mundo (o casi todo) está convencido que hay que ser positivo, hay que reír todo el día, o forzarse a sonreír, hay que ser paciente, hay que vencer los miedos…ufffff, pero ¿qué pasa si un día tenemos ganas de llorar por algo? ¿No podemos? ¿Tenemos que sonreír? ¡Que locura! El ser humano tiene una serie de emociones que le ayudan a expresarse, a conectar con otros seres humanos, y si sentimos tristeza, ¡sintámosla! Lloremos a moco tendido, gastemos pañuelos sin parar, llamemos a alguien para decirle cómo nos sentimos, ¿por qué no? Parece que hay algunas emociones que están mejor consideradas que otras, unas las puedes mostrar, como la alegría, y otras como el miedo o la tristeza, ni se te ocurra nombrarlas.

Una persona sana es aquella que reconoce la emoción, la siente, la expresa y la libera. Las emociones no son buenas o malas, son algo neutro, sentirlas es la mejor opción para tener una buena salud emocional.

-   Me amo cuando Pido ayuda en momentos de necesidad. No podemos ser continuamente fuertes, o valientes, o el hombro donde todos lloran, porque esto es imposible, pedir ayuda no nos hace ser menos si no todo lo contrario, tú eres importante para muchas personas y seguro que estarán encantadas de hacer algo por ti.

-    Me rodeo de personas que me quieren, aprecian y valoran. No significa que estemos siempre bajo el ala de amigos y familiares, si no que sintamos que somos queridos, valorados y que tenemos apoyo si nos pasa algo.

-  Acepto la responsabilidad de mi vida. Dejar de ser víctimas y hacernos responsables absolutos de nuestras vidas es algo que poca gente hace, en el despacho oigo continuamente quejas acerca de padres, parejas, hermanos/as, como si todas esas personas fueran culpables de lo que les sucede, cuando ven que esto no es así y que como adultos tienen el poder de cambiar sus vidas y elegir lo que quieren, la vida les parece más apasionante y llena de cosas por hacer y disfrutar.

-     Me conozco profundamente y me acepto con mis luces y mis sombras. Todos tenemos miedos, inseguridades, momentos de bajón… etc, no pasa nada, lo que hagamos con ese conocimiento es lo que nos va a ayudar a crecer y ser más felices.

-     Decido cambiar algo que me está haciendo daño. Un buen ejemplo sería el tabaco, por alguna/s causa/s la persona está fumando, aunque sabe que es malo para él/ella. El decidir dejarlo puede ser un gesto muy valioso para tener una autoestima mayor. Eso sí, hay que ser valiente para descubrir qué hay detrás de ese humo.

-         Elijo conscientemente. Para ello nos puede ser de gran utilidad el ejercicio que os expliqué en el post anterior, hacer una lista de lo que queremos. Dejaremos de ser un barco a la deriva si tenemos un puerto al que dirigirnos.

-      Mi diálogo interno es positivo, amoroso y alentador. Si en nuestra infancia nos han hablado de una manera amorosa es probable que nuestro diálogo interno sea similar, pero en muchos casos esto no ha sido así, muchas personas deben lidiar con las voces de unos padres que les exigían, que decían frases como “no vas a llegar a nada en la vida”, o “eres tonto”. Cambiar este diálogo interno no es fácil, en este momento la psicología nos ofrece técnicas que ayudan en esta tarea, y que obtienen resultados muy positivos. En próximos posts os hablaré de E. F. T. (Emotional Freedom Tecniques), también conocida como Tapping, una técnica que utilizo en mi despacho con resultados espectaculares.

-      Me amo cuando Hago algo por otra persona. Puede ser un familiar, un amigo, una persona desconocida…, cualquier cosa que hagas por otras persona siempre va a repercutir en algo positivo para ti, simplemente por el hecho de hacerlo, ya que nada nos hace sentirnos mejor que ver que podemos hacer algo bueno por los demás.

-        Me amo cuando Hago algo que me divierte. Sí, esta es una de las mejores cosas que podemos hacer para amarnos, pero cuando nos hacemos adultos olvidamos guardar un tiempo para realizar algo que nos divierta: bailar, patinar, hacer algo con amigos… etc. El problema es que mucha gente no sabe ¡qué le divierte! Entonces es cuestión de dedicar un tiempo para averiguarlo (recordar qué hacíamos para divertirnos cuando éramos niños, probar cosas nuevas,  hacer eso que siempre hemos querido hacer pero no nos hemos atrevido…etc).





Estos son sólo algunos ejemplos, por supuesto que hay más formas de amarse y de aumentar nuestra autoestima.



Hay momentos en la vida que puede que las emociones se nos desborden, que sintamos todo como un caos, que no sepamos claramente ni lo que sentimos, ni lo que queremos, ni lo que nos hace sentir bien o mal.

En esos momentos quizás necesites la ayuda de un profesional de la salud, esta acción estaría dentro del punto: Pide ayuda cuando la necesites, porque, hasta esos mismos profesionales puede que hayan necesitado pedir ayuda en algún momento de sus vidas. Y esto seguramente les ha enriquecido como personas y como profesionales.



Espero que este artículo os haya gustado, para cualquier cosa que necesitéis ya sabéis que podéis contactar conmigo a través del mail: sofiagonzalezmillan@gmail.com



¡¡Gracias por estar ahí!! ¡Hasta pronto!



Con amor,

Sofía