martes, 30 de diciembre de 2014

365 DÍAS PARA SOÑAR, CREAR Y DISFRUTAR!





El fín de año es una fecha ideal para hacer balance de lo que hemos vivido, parece que el día 31 de diciembre marca el fín de algo y el 1 de enero se convierte en una página en blanco, junto con el resto del año, en el que podemos escribir lo que queramos.

Si el 2014 ha sido un año lleno de cambios para ti, quizás necesites iniciar el nuevo año con tranquilidad, atendiendo a tus necesidades; si por el contrario ha sido un año en el que te has sentido estancado, quizás necesites empezar a realizar acciones para que se pongan en marcha tus proyectos, ilusiones o lo que quieras conseguir.

Yo hoy os voy a dar una serie de ideas, para que las podáis llevar a la práctica en el nuevo año que va a comenzar:

     I.             Escribe tu lista de objetivos a conseguir durante el año. Ya sabéis que a mi me encanta hacer listas, así que yo ya la tengo escrita. Lo que hago es definirlos lo mejor posible, con todos los detalles que pueda, a continuación escribo alguna acción o acciones que puedo realizar para ir acercándome a la meta descrita. En algunos casos, cuando voy realizando estas acciones, lo que hago es ver si tienen los resultados que yo esperaba, para decidir si seguir por ese camino o tengo que realizar otras acciones.

   II.           Limpia y ordena tu casa. Si queremos que entren cosas nuevas en nuestra vida, hemos de dejar espacio para que puedan entrar. ¿Tienes llenos los armarios y no sabes que hay en ellos exactamente? ¿Acumulas cosas  o no las tiras porque crees que alguna vez las necesitarás? Este es un momento perfecto para saber qué tienes, y decidir si lo quieres conservar, si decides tirarlo o bien donarlo para que alguien lo use. Las cosas que tenemos no nos definen, así que deja marchar aquello que ya no te sirve.

  III.        Deja de tener miedo al cambio. Este miedo es muy común, el cambio trae cosas nuevas y no sabemos si van a ser buenas o malas, así que creemos que si nada cambia estaremos más seguros, más tranquilos, y tendremos el control de nuestra vida. Pero a veces no nos damos cuenta de que el cambio puede mejorar 100% nuestra vida, el aire fresco sienta bien a una habitación cerrada, además es muy aburrido vivir siempre lo mismo; la chispa de la vida se puede apagar si nos sobreprotegemos y vivimos sin permitir que las cosas cambien.

 IV.        Elige un color que defina tu año. ¿De qué color va a ser el 2015? ¿Cómo te lo imaginas? Si el color que te surge te gusta y te hace sentir bien, perfecto, si no es así, cámbialo al color que tú desees. Haz un ejercicio de imaginación y envuelve los doce meses de ese color. También puedes elegir un color para cada mes. Lo importante es que el color que tú elijas lo tengas asociado a una cualidad positiva, puede ser amor, fuerza, salud, alegría…etc.

  V.                 Escribe una lista de las cosas materiales que quieres tener. De nuevo aquí están las listas ;-) Ya que has hecho limpieza en tu casa quizás quieras llenarla con algo que te guste más, alguna cosa que haga más fácil tu día a día, o simplemente te apetezca tener algo bonito para ti. Muchas personas tienen asociado desear cosas materiales con ser una persona superficial, o frívola, pero esto no tiene porqué ser así, todas las cosas de este mundo están para disfrutarlas, así que ¿porqué no las vas a disfrutar tú?

 VI.           Centra tu atención en lo que quieres. Este año puede ser el comienzo de una nueva actitud en ti, ¿qué tal si en vez de centrarte en lo que no quieres, te centras en lo que quieres? Gastamos mucha energía en quejarnos y hablar de lo mal que están las cosas; en el nuevo año habla más veces de lo que quieres conseguir, verás el cambio en ti y quizás puedas ayudar a que otros tengan la misma actitud.

VII.          Agradece. Da las gracias por todo lo bueno que tienes. La vida que estás viviendo es una experiencia única, agradece cada paso, cada persona que aparece en tu camino y sobre todo agradece tu esfuerzo y dedicación cada día para mantener tu bienestar y acercarte a tus sueños.

VIII.        Siente. No intentes forzar la sonrisa, no hagas caso de todos los mensajes que te llegan diciendo que tienes que ser feliz; la felicidad se siente, tiene un color, un olor, que solo tú puedes definir, si estás triste siéntelo, si estás frustrado, cansado, dolido… exprésalo, porque es la mejor manera de conocerte y de saber lo que necesitas para estar mejor.

 IX.              Aligera tu carga. Quizás lleves mucha carga a tus espaldas, puede que la notes como algo pesado detrás de ti, o sobre tu cabeza. Cuando miras hacia atrás, a tu pasado, ¿qué ves? Seguramente hay muchas cosas que llevas contigo, algunas te son útiles, pero muchas fueron útiles en determinado momento y ahora ya no las necesitas. ¿Estás dispuesto a soltar, a dejar ir? La sensación de ligereza cuando tomas la decisión de soltar es increíble.

  X.                Ilusiónate. Cuanta más limpieza hagas en la carga que llevas, cuanto más te centres en lo que quieres y te dejes guiar por tus emociones, más te podrás ilusionar, o re-ilusionar. Al escribir tu lista de objetivos haz que sean lo más ilusionantes para tí.
Ahora ya no es tiempo de esperar a que las cosas sucedan sin más, es tiempo de ir a por ellas, de crear la vida que quieres vivir.

¡Hay una versión de tí mismo mucho más feliz esperándote!

Espero de todo corazón que estas ideas os sirvan, así como todas las demás que os he ido aportando a lo largo del 2014.

Os doy las gracias por seguirme y por todos vuestros comentarios. Y ya sabéis que podéis contar conmigo para lo que necesitéis.
639 64 10 20

“En el año nuevo deseo
que seas,
que vivas
y que camines
todo lo que tu corazón sueña”.
(Sofía González Millán, 2014)

Con amor,
Sofía

domingo, 30 de noviembre de 2014

ANSIEDAD: UNA ENFERMEDAD SILENCIADA














Quién no ha tenido un ataque de ansiedad o de pánico en algún momento, quién no ha sentido el pecho contraído como si nos fuera a dar un ataque al corazón, o el hormigueo en la manos y brazos, la sensación de calor repentino, sudores fríos, mareos…etc.



Todos, en mayor o menos medida, sabemos lo que es tener un ataque de ansiedad. En la mayoría de las ocasiones hay una/s causa/s comprensibles para que esto nos suceda, por ejemplo: un aumento de volumen de trabajo en la oficina, el agotamiento de unos padres al criar a su bebé recién nacido que no para de llorar, la pérdida de un trabajo… etc



En estos casos conocer la causa o causas ayudará a comprender a la persona que hay una razón por la que sentirse así, y, o bien se tomará las cosas con más calma, o pedirá ayuda, o puede utilizar técnicas de relajación… Todo esto está dentro de la normalidad.



¿Pero qué ocurre cuando se suceden los ataques de ansiedad sin que haya una causa precisa y determinada? Cuando esto sucede y la persona no puede realizar una vida normal estamos ante un caso importante de ansiedad que hay que atender de manera más profunda.



De este tema es del que voy a hablaros hoy, hay una parte importante de personas que están sufriendo el suplicio de la ansiedad sin saber porqué les sucede ni poder controlar en ninguna medida lo que les pasa.

Hoy voy a hablar a favor de todas ellas, puesto que realmente están sufriendo, y en muchos casos no son comprendidas por sus familiares, amigos, e incluso tampoco por los médicos que les atienden cuando van a urgencias o a la consulta en busca de ayuda.



Las enfermedades mentales y emocionales están todavía muy mal vistas en nuestra sociedad, en algunos casos ni siquiera son reconocidas como enfermedades, quién no ha oído en alguna ocasión hablar de una persona que tiene síntomas de ansiedad como alguien “débil”, “demasiado miedoso”, “muy sensible”, o que “solo busca atención”…



Esto lleva a muchas personas a ocultar lo que les pasa para no oír comentarios hirientes o despectivos, porque realmente el sufrimiento está ahí y no quieren aumentarlo más viviendo actitudes de rechazo o incomprensión.



A la larga las personas con ansiedad pueden terminar recluidas en su casa (el lugar donde se sienten más seguros), con escasa actividad social y de ocio. En los peores casos pueden llegar a tener que dejar su actividad laboral, con la consiguiente bajada de autoestima y sensación de no control de su vida.



Mucha gente me pregunta, ¿en estos casos la medicación ayuda o es mejor no tomarla para estar más “despierto”? Por supuesto dependerá de cada caso, porque cada persona es única, pero en general si la ansiedad impide llevar una vida normal lo mejor es acudir a un médico para que prescriba un tratamiento, cada cierto tiempo se revisa la medicación para saber si este tratamiento es adecuado o necesita aumentar o disminuir la toma, para que la persona pueda realizar sus actividades sintiéndose tranquila pero no “dormida”.



Eso sí, un tratamiento basado solamente en la medicación no tendrá tanto éxito como una combinación de medicación y terapia psicológica.



La característica fundamental de las personas que padecen ansiedad es que hacen lo que se denomina el “escaneado”, desde que se levantan hasta que se acuestan pasan la mayor parte del tiempo haciendo un escáner de su cuerpo, de lo que notan, de lo que sienten,  de lo que piensan…, el mínimo síntoma es interpretado como que el ataque de ansiedad va a aparecer, así pues toda su atención está puesta en cómo “no sufrir un ataque de ansiedad” o cómo estar prevenido para que no les pille de sorpresa.

Esto es muy común, y quizá una de las partes que les hacen sufrir más. Pues como no paran de mirar todos los detalles de cómo se sienten, al final tanta atención pueden hacerles sufrir un ataque o bien terminar agotados de tanto estar alerta.



Por ello el primer paso es descubrir qué es lo que está causando esos ataques, ahí es donde yo empiezo a trabajar, puesto que la persona siempre tiene unos motivos reales para sentirse así de mal y la ansiedad solamente es la campana que suena para decirle que algo no está bien dentro de sí.



Cuando descubrimos la raíz o raíces del problema podemos trabajar en ellas, para liberarlas, limpiarlas, sanarlas y así permitir que la persona vuelva a restablecer su armonía mental, emocional y física.



Porque si algo tengo claro, por mi experiencia personal y profesional, es que LA ANSIEDAD SE CURA, e incluso puedo decir más, en el despacho he visto personas que después de trabajar en las raíces de su problema de ansiedad, han resurgido más fuertes, con una mayor autoestima y con una sensación de paz que nunca antes habían sentido.



He tratado casos que han ido desde estrés por el trabajo, hasta casos de agorafobia (es el miedo y evitación a estar en lugares o situaciones de los cuales pueda ser difícil o embarazoso escapar, o en los que pueda no disponerse de ayuda en el caso de tener un ataque de pánico o síntomas similares), ansiedad por la comida, tabaco…etc.



Como he dicho más arriba, cada persona y caso son únicos, pero he encontrado un denominador común en todos ellos, la baja autoestima; cuanta mayor autoestima, aparecen menos problemas de ansiedad y psicológicos en general.



Por eso yo combino la “limpieza” de las raíces del problema, con ejercicios para fomentar el autoconocimiento y aumentar el amor por uno mismo. Usando la terapia cognitivo-conductual combinada con E.F.T. (Técnicas de Liberación Emocional), además de otras terapias según el caso, se obtienen resultados muy positivos, y la mejoría puede notarse a partir de la tercera o cuarta sesión.



También hay que atender, aunque de manera diferente, a todas las personas que tienen a un familiar o alguien muy cercano que padece ansiedad, a veces es muy duro para estos “cuidadores” seguir animando y apoyando a su seres queridos, pues en muchos casos la enfermedad se alarga en el tiempo, y pueden terminar agotados y sintiéndose frustrados. Si ésta es tu situación quizás deberías pedir ayuda profesional, para recibir orientaciones y sentirte escuchado, esto siempre será beneficioso para ti y para la persona a la que estás ayudando.



¿Te sientes identificado? ¿Estás sufriendo en tu vida la ansiedad y el cansancio de padecerla? ¿Te gustaría encontrar la raíz del problema y solucionarlo de una vez por todas?



Pide cita y acércate a mi despacho, te mereces vivir libre de ansiedad.

Ya sabéis que podéis contactar conmigo en el mail: sofiagonzalezmillan@gmail.com
O bien en el teléfono: 639 64 10 20



Recibe un abrazo grande,

con amor

Sofía